sábado, 22 de marzo de 2014

¿Cómo he superado una tormenta?


El novelista Haruki Murakami, es su obra Kafka en la orilla, menciona respecto a las vicisitudes de la vida:
"A veces, el destino se parece a una pequeña tempestad de arena que cambia de dirección sin cesar. Tú cambias de rumbo intentando evitarla. Y entonces la tormenta también cambia de dirección, siguiéndote a ti. Tú vuelves a cambiar de rumbo. Y la tormenta vuelve a cambiar de dirección, como antes. Y esto se repite una y otra vez. Como una danza macabra con a Muerte antes del amanecer. Y la razón es que la tormenta no es algo que venga de lejos y que no guarde relación contigo. Esta tormenta, en definitiva, eres tú. Es algo que se encuentra en tu interior. Lo único que puedes hacer es resignarte, meterte en ella de cabeza, taparte con fuerza los ojos y las orejas para que no se te llenen de arena e ir atravesándola paso a paso. Y en su interior no hay sol, ni luna, ni dirección, a veces ni siquiera existe el tiempo. Allí solo hay una arena blanca y fina, como polvo de huesos, danzando en lo alto del cielo. Imagínate una tormenta como ésta. 
Y tú en verdad la atravesarás, claro está. La violenta tormenta de arena. La tormenta de arena metafísica y simbólica. Pero por más metafísica y simbólica que sea, te rasgará cruelmente la carne como si de mil cuchillas se tratase. Muchas personas han derramado allí su sangre y tu, asimismo, derramarás allí la tuya. Sangre caliente y roja. Y esa sangre se verterá en tus manos. Tu sangre y, también, la sangre de los demás. 
Y cuando la tormenta de arena haya pasado, tu no comprenderás cómo has logrado cruzarla con vida. ¡No! Ni siquiera estarás seguro de que la tormenta haya cesado de verdad. Pero una cosa si quedara clara. Y es que la persona que surja de la tormenta no será la misma persona que penetró en ella. Y ahí estriba el significado de la tormenta de arena." 

Todos hemos sido protagonistas de tormentas que el destino ha puesto en nuestro camino. Y algunas nos habrán llevado un buen tiempo consigo, haciéndonos sentir enajenados, confusos, inquietos, fuera de eje por completo; otras nos habrán provocado un intenso y fuerte impacto, pero como una lluvia de verano, nos mojó por unos escasos minutos y abruptamente dio paso al sol para que nos secara y pudiéramos continuar con los días de nuestra vida.
Algunos emprenden la retirada ni  bien ven los primeros signos de la tempestad, otros buscan refugio en la proximidad, hay quienes buscan compañía para aliviar el miedo a la soledad. 
Cada uno tiene su propia manera de hacer frente, o huir, a sus tempestades personales.
¿Cuál es la tuya? ¿Cuáles han sido tus estrategias para intentar salir ileso ante una tempestad de índole emocional?
¿Te animas a escribir, una breve composición, real o inventada, sobre este tópico?
La envías a anamartinezeguren@gmail.com y, conservando tus datos en el anonimato, la colgamos al blog, ¿te parece?
Compartiendo nuestras palabras nos enriquecemos a nosotros mismos y al mundo que nos rodea, dejando una huella de sentido en quien nos lee. ¡Gracias!

No hay comentarios: